domingo, 10 de febrero de 2013

EXAMEN DE LA CABEZA


CABEZA





Posición:
La cabeza y el cuello pueden examinarse con el paciente sentado o acostado; lo primero resulta mejor. Es esencial una buena luz, de preferencia la clara del día, ya que la ictericia queda enmascarada por la luz artificial. Hay que exponer completamente cuello y hombros. El examinador pasa de delante atrás del paciente para facilitar la inspección.

Cuero cabelludo y pelo:





Deben registrarse la cantidad, textura y distribución del pelo en cabeza y cara. No es necesario inspeccionar minuciosamente la piel del cráneo, pero puede apreciarse a nivel de la implantación de los pelos y parando estos durante la palpación. Hay que palpar sistemáticamente el cráneo y cuero cabelludo con el pulpejo de los dedos de ambas manos aplicados sobre toda bóveda craneal.

Ojos



Obsérvense los siguientes datos: estado de las cejas, forma de los ojos, dimensiones e irregularidades de las pupilas, posición del globo ocular y estado de esclerótica y conjuntiva.
Examínense los movimientos extraculares moviendo ligeramente un dedo hacia adelante y atrás mientras el paciente lo sigue con sus ojos manteniendo la cabeza inmóvil. Búsquense en particular los movimientos bruscos, la incapacidad para la convergencia, la caída de los parpados y los movimientos asincrónicos o limitados de uno o ambos ojos.
La ictericia se descubre en la conjuntiva antes que sea manifiesta en la piel, si se efectúa el examen con luz de día. La inflamación de esclerótica y conjuntiva suele ser manifestada. La conjuntiva del parpado inferior se expone desviando hacia abajo los tejidos laxos de la cara inmediatamente por debajo del ojo.
Oídos:


El oído externo se explora como parte del examen general de la piel de cabeza cuello.
La audición se prueba fácilmente frotando las puntas del pulgar y del índice juntas muy cerca de la oreja. La fuerza necesaria para producir un sonido audible por el paciente constituye quía excelente para descubrir un oído duro, ya que el oído normal puede percibir el menor movimiento de los dedos. Luego examinan con el otoscopio los conductos auditivos externos y los tímpanos.

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