Auscultación.
Lo que se trata de auscultar son ruidos que derivan de la movilidad del
intestino y posibles soplos vasculares. Se efectúa antes de la percusión y la
palpación ya que éstas pueden alterar los ruidos intestinales o ruidos
hidroaéreos. La auscultación debe ser metódica y cubrir los distintos
cuadrantes del abdomen.
Mediante la práctica, es necesario familiarizarse con las características
de los ruidos intestinales para poder distinguir cuándo están normales,
aumentados o disminuidos. Por ejemplo, en las diarreas están aumentados en
frecuencia e intensidad (es conocido el "ruido de tripas" de las
personas en estas situaciones); en obstrucciones intestinales en que el
intestino lucha por vencer una obstrucción (íleo mecánico), los ruidos
intestinales tienden a ser más frecuentes y con un tono elevado (es necesario
haberlo escuchado para "grabárselo" en la mente); en parálisis
intestinales (íleo paralítico), los ruidos están ausentes. En estos casos
conviene escuchar durante un rato prolongado antes de sacar conclusiones.
Otros ruidos que es posible escuchar tienen relación con situaciones en
las que se acumula mucho líquido mezclado con gas, ya sea en el estómago o en
el intestino. Esto puede ocurrir en obstrucciones de la salida del estómago
(síndrome pilórico) o en parálisis u obstrucciones intestinales (cuadros de
íleo): si se sacude al paciente teniendo la membrana del estetoscopio apoyado
en el abdomen es escuchan ruidos semejantes a los que se producen al agitar un
tonel parcialmente lleno de líquido. Esta característica se llama bazuqueo
gástrico, cuando es por síndrome pilórico, y ruidos de sucusión intestinal, cuando
se relaciona con un íleo (pero en la práctica, la mayoría de los médicos
generalizan y hablan de ruidos de bazuqueo). A veces estos ruidos se escuchan
como algo normal si la persona ha ingerido recientemente una bebida o un vaso
de agua. También se podrían escuchar, a veces, en cuadros de diarrea, como un
fenómeno pasajero, sin que tenga las implicancias de una obstrucción
intestinal.
Otros ruidos que se pueden auscultar son soplos por flujos turbulentos
dentro de las arterias:
* en relación a la aorta
abdominal o por irradiación desde el corazón: se auscultan en la línea media
del epigastrio
* en relación a una estenosis
de una arteria renal: en el epigastrio, pero un poco lateral a la línea media,
o en las regiones lumbares (ángulo costo-lumbar); esta es una maniobra que
puede rendir especialmente en pacientes hipertensos (pero es poco frecuente de
encontrar).
* Otros soplos: por estenosis
de arterias ilíacas (por debajo del ombligo, lateral a la línea media) o de
arterias femorales (en las regiones inguinales).
En mujeres embarazadas se pueden auscultar los latidos cardíacos fetales
a partir de las 16 a
18 semanas. Se escuchan mejor con una corneta especial que usan los obstetras y
matronas o mediante dispositivos con amplificación
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